Russia tiene problema

Dejamos al ruso en la estacada. El Stavka decide dejar Odessa a su suerte. La ciudad se mantendrá en pie, reabastecida por el mar. La mayoría de los refuerzos disponibles están asignados a Leningrado, en detrimento de los otros frentes. Lo que me preocupa es la falta de unidades frente a Moscú. No hay ninguna conexión entre Novgorod y Smolensk. El mismo tipo de agujero se puede encontrar en el sur de Ucrania. 

Se está lanzando un ataque en la panzerdivisión más cercana a Leningrado. Rodeada por todos los lados, logra desengancharse sin pérdidas, gracias a la capacidad de los blindados de ignorar el primer hex de retirada en la ZOC enemiga.

A principios de agosto, los movimientos ferroviarios alemanes se intensificaron entre los frentes norte y sur. Varios cuerpos de infantería se retiran del GA Leningrado para ser asignados al GA Dnepropetrosvk Uno de ellos recibe camiones nuevos: el ejército alemán está motorizando. Esto cuesta unos pocos puntos de equipo y combustible pero les permite mantener el ritmo de los panzers. La línea del axista se extiende a lo largo del Dnieper mientras tres cuerpos rumanos se envalentonan hacia Sebastopol. Un ataque al norte de Kiev permite cruzar el río, pero la línea soviética aguanta. Alrededor de Odessa, los rumanos aprietan más.

A su vez, el ruso se está fortaleciendo de nuevo en el norte. Este gasto excesivo de medios alrededor de la cuna de la revolución debilita los otros frentes que no tienen nada que resistir a la Wermacht.

Ciertamente un contraataque viene a hacer retroceder una vez más un cuerpo de panzers pero el daño está hecho. El eje ha logrado sus objetivos: provocar una reacción exagerada de los soviéticos en un lugar para aprovechar una superioridad sobre los otros puntos del mapa. El ruso juega dos cartas elegidas al principio del turno. La primera le permite poner seis posiciones fortificadas de forma gratuita, así como una guarnición. La segunda le permite gastar más puntos de refuerzo de lo habitual. Por regla general, las cartas soviéticas son más poderosas que las alemanas. Sin embargo, para que sean más efectivos, debes tener a alguien en el terreno. 

Como jugador alemán, puedo ver que mantener toda la línea de frente pronto será difícil. El soviético, obsesionado por sus dificultades en Ucrania y el Báltico, ignora su centro donde es más fuerte que yo. Un ataque de distracción en este punto me hubiera obligado a traer de vuelta tropas que me hubiera perdido en otro lugar. Ahora es demasiado tarde.