Octubre 1941

Octobre 1941

 La URSS ha estado luchando por su supervivencia durante 3 meses, el Ejército Rojo comienza su mutación. Los cuerpos mecanizados, demasiado pesados para maniobrar, se disuelven y son reemplazados por grupos de blindados. Cinco ejércitos de choque están preparados. Con mejores medios ofensivos a su disposición, serán las puntas de lanza de futuros contraataques.

Sin embargo, la situación es mala para Rusia. El frente no es continuo. Existen dos huecos en las que ninguno de los lados puede permitirse enviar tropas. Por otro lado, permiten a las tropas alemanas más móviles rodear a sus oponentes. Todo depende del clima. Para ayudar al campo soviético, una carta de evento permite repetir una tirada del tiempo en otoño o invierno. Esto garantiza un mínimo de mal tiempo en Rusia (veremos lo que es abajo).

 

La primera semana ve la llegada de un frente nublado en el norte del país. El alemán progresa alrededor de Moscú y Kharkov. Dos cuerpos de infantería son retirados del frente y enviados a Odessa. Ahora es importante tomar esta gran ciudad antes de la llegada del invierno.

El ruso crea sus ejércitos de choque, a la mitad de su fuerza por el momento. Los dos cuarteles generales de Orel y Kursk se han trasladado a la parte trasera del frente. Cuando un general recibe metralla en su cuartel general, es hora de mover. Al reubicarlos ahora, los rusos podrán aprovechar su capacidad de lanzar ofensivas a partir de noviembre.

Finalmente, decide retirarse de Jarkov, considerando que el alargamiento del corredor de suministro necesario para mantener la ciudad se ha vuelto demasiado peligroso.


Por desgracia, la semana siguiente vio la llegada del barro. Este clima bloqueaba los movimientos de todo el frente y hacía los ataques casi imposibles. El ruso, llorando, vio caer a Jarkov, que podría haber aguantado un turno más si suficientes tropas lo hubieran retenido.


Es a finales de mes (en temporada mala, los turnos duran tres o incluso dos semanas) cuando ocurre el desastre: el sol seca las carreteras y permite que los aviones despeguen. El ruso entonces juega su carta y lanza el dado del tiempo otra vez. Desgraciadamente, saca el sol de nuevo (1 oportunidad de 3 cada vez).

El Cuartel General del Norte abandona su posición frente a Leningrado y se reposiciona cerca de Stalino. La guerra se concentrará en el sur.

La OKH aprovechó la oportunidad: los dos cuarteles generales del Centro y del Sur, ahora abastecidos, pasan a modo ofensivo. Los panzers, que habían recuperado su movilidad, aprovecharon los huecos del norte y del sur para empujar a Moscú y a Stalino. Al final de los violentos ataques en los que la fuerza aérea alemana se impone a su oponente soviético, cuatro ejércitos completos son aislados.


La Stavka ordena contraataques para desbloquearlos. Desafortunadamente, no hay más cuarteles generales para apoyar los asaltos. Dejados a su propia fuerza, los frontoviks son aplastados por las bombas de los stukas que rompen sus cargas.

Las malas noticias nunca vienen solas. En Moscú, se aprende que Odessa ha caído. Una vez más, la Luftwaffe apoyó fuertemente y permitió la caída de la ciudad.

La única buena noticia viene del frente de Leningrado donde el único cuartel general en posición de lanzar una ofensiva anuncia la retoma de un hexágono de bosque...

 

Dominado en el aire y en el suelo, el ruso se desangra. Si el clima no viene a su rescate, la campaña podría terminar antes de Navidad.